sábado, 12 de octubre de 2013

Fernando Lozano

Fernando Lozano, artista español, estudio en Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Ciudad Real (estudios generales de dibujo, pintura y talla en madera) y Escuela de Artes Aplicadas y Oficios de Tarragona (grabado y pintura mural -procedimientos-).

A-¿Como fue tu inicio en el arte, tus primeros recuerdos?

F-Mi padre, también pintor,  me disuadió de mi inclinación por la literatura a cambio de la pintura. Si no recuerdo mal, casualmente fue el año de la muerte de Pablo Picasso. Mi padre no creía que en España uno se pudiera ganar la vida con la literatura -curiosamente hoy hay algunos escritores muy bien pagados en nuestro país-. Dentro de lo malo, la pintura debió parecer le un arte más práctico”. El caso es que me lo tomé muy en serio y me hice pintor con ahínco. Aunque no dejé de escribir. Hará casi dos años, la editorial barcelonesa Ediciones Carena, publicó mi novela más reciente, titulada “Cerezas”. Aún no he vuelto a publicar nada más desde entonces; si bien tengo varias cosas en preparación.


A-¿Qué artistas te influenciaron?

F-Al principio los impresionistas. Creo que sin ellos no hubiera tirado de mí la vocación pictórica.


A-¿Cómo describirías tu arte?

F-¿Cómo lo describiría? Pinto desde hace cuarenta años, mi producción ha pasado por muchísimos periodos, épocas, matices. Y por otro lado describir, hablar, en esto no sirve.


A-¿Qué opinas del arte actual?

F-Yo solo veo muchos náufragos desperdigados y desentendidos unos de otros,  gritando triunfo si encuentran un mueble flotante al que asirse.


A-¿Qué quieres transmitir con lo que haces?
F-¡Nada! Yo no me planteo esas cosas. Yo no transmito nada ni pintando ni esculpiendo. ¿Qué significa expresar cosas exactamente? Cuando me pongo a juntar objetos para formar una escultura o me pongo ante una tela no experimento necesidad alguna de “expresar” o “transmitir”. Solo “hago”. Esencialmente acepto el caos y lo acompaño. Nuestro concepto cultural del caos es lo que en física se denomina “entropía”. La entropía es el más universal de los fenómenos en el sentido de que es el más inevitable. Cuando pinto me limito a poetizar el desorden. Nadie puede hacer nada más. El arte en realidad es algo muy frívolo. En vez de nadar en la vanidad, podríamos haber estudiado medicina,  por ejemplo, para salvar vidas en países donde la gente carece casi de todo, hasta de agua salubre. Puestos a servir a un ideal elevado podríamos habernos hecho útiles a la sufriente humanidad de muchísimas otras formas prácticas. Pero no, aquí estamos, esperando que nuestro arte nos saque a bailar y nos pague el whisky antes de que se nos quede cara de putas tristes. Pues bien, y he aquí lo asombroso y lo mágico. El ego frívolo del artista, arroja no obstante resultados de verdadera elevación humana cuando el artista es bueno. Ahí radica la grandeza del arte. El arte es la pauta de la Historia y su único fruto. No es mérito del artista. Ni tan siquiera el artista es el autor de sus obras. Tan solo ha sido tocado como médium de un mundo lejano y extraño; parcialmente inalcanzable, cuyos resultados el artista se permite, como un angelito, firmar y fechar.

A--¿Cual es la función de lo que haces?

F-Rastrear los oscuros peldaños de la nada desde la planta baja hasta el ático, para nada que sea útil o medible.


A-¿Como es el proceso creativo?

F-Verás…, no tengo ni la menor idea.


A-¿A quién quieres llegar?

F-A nadie. Salvo a mi estrella guía, es decir, a mi “yo” más exigente.


A-¿Cómo ves el arte contemporáneo, y a sus artistas?

F-Préstame unos prismáticos, hace ya un rato que perdí de vista al grupo de los náufragos.


A-¿Qué opinas de los galeristas y de los nuevos medios de difusión de las obras como Internet, espacios emergentes, etc.?

F-No abundan galeristas inteligentes. Algunos que creen serlo, con frecuencia hacen picados fanáticos y sectarios hacia alguna rama extrema del arte excluyendo a las demás, o bien  se limitan a pensar y actuar como meros pequeños comerciantes, evitando miras realmente artísticas. Con los espacios alternativos ocurre que enseguida cae en manos del clásico comisario,  improvisado o no, que acostumbra a ser alguien sin talento y rodeado de amigos ocasionales, naturalmente todos ellos “artistas”. En cambio Internet,  como medio de difusión, sí está mostrando ser de una extrema utilidad para que algunos artistas puedan compartir compulsivamente y hasta el hartazgo, por Facebook, las empalagosas frasecillas de Paulo Coelho.


A-¿Si no fueras artista que te gustaría ser?

F-Útil, como Teresa de Calcuta. O, por otras razones,  un respetable capo de la mafia. Pero para un artista, es siempre tarde para ser otra cosa que un artista.

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Ana Auñón Gestor Cultural y Critico de Arte