Marisol Pita

Marisol en su estudio

Para aquellos que no te conozcan demasiado, ¿cómo te definirías?
M. Como alguien que busca expresar a través del arte su propia visión del mundo, tanto del mundo que tenemos, como del que podemos soñar o imaginar. Trato de mostrarme a través de mis obras y establecer una comunicación con el espectador, intentando siempre provocar en él algún sentimiento, pues no creo  en el espectador pasivo, ya que el sentido del arte, de cualquier manifestación artística, es llegar a los demás. Para mí, ser artista es buscarse y encontrarse uno mismo a través del diálogo personal con la obra, de un diálogo que comienza en la no existencia, en el vacio del lienzo en blanco, y continúa con la aparición de formas hasta alcanzar a la plena existencia, y esa es la que después se muestra a otras personas.

¿Cuál es la evolución de Marisol Pita como artista?
M. Entiendo mi evolución como un proceso de búsqueda artística. Cuando me planteé la pintura de una manera más seria, pues en principio solo era un  “hobby” que cultivaba en mis ratos libre, deseaba expresar mi mundo interior a través de mis obras, y hacerlo con un estilo propio, de ahí surgió la técnica de los puntos de color en relieve que aparecen en las primeras pinturas, fundamentalmente en las series tituladas “Mujeres” y “ColorAcción”. El pasado año empecé a desarrollar una nueva técnica, que ya aparecía combinada con la anterior en algunos cuadros, y se basa en la elaboración de texturas. Ésta es la que empleo actualmente, pues trato de avanzar y buscar siempre nuevas formas de expresión, pero manteniendo en todo momento mi estilo y  esencia propios, algo que considero fundamental para cualquier creador.

¿Qué es el arte para ti, y que intentas transmitir a través de él?
M.  El arte para mí es, ante todo, una filosofía de vida, una manera de entender el mundo, un mundo demasiado complicado la mayoría de las veces, y una forma de posicionarme en él y ante él. Un artista es un artífice, un autor, un narrador, como quiera llamarse, alguien que tiene la capacidad de contar algo a los demás, empleando cualquier soporte, y debe aprovechar esa capacidad para invitar a la reflexión, a la valoración de determinadas cosas. Mis obras tienen un mensaje, y trato de que sea siempre positivo, pues, ante todo, quiero mostrar la esencia de las cosas, de las cosas más simples, como por ejemplo de las flores, pero que esconden las verdaderas maravillas de la existencia.

4. ¿Cómo definirías tu obra?
Mi obra es sencilla, naif, colorista, poética y muy personal. Considero que la sencillez es la esencia de la vida, y la aplico en todos los ámbitos. Entiendo la sencillez como claridad, como esa claridad que permite centrarse en lo importante y entender bien todo lo que se muestra. En cuanto al estilo naif, siempre me fascinó, pues pienso que la creatividad en estado puro la tienen los niños, su imaginación es libre, y esa libertad total la reflejan en sus dibujos. Elegí el estilo naif como forma de expresión, porque lo que busco en el arte y en todos los aspectos de mi vida, es esa libertad total que permite la plena realización como personas. El color va unido al mundo naif, y en cuanto a la poesía, es otra de mis pasiones, así, además de artista plástica soy escritora, y mis obras literarias están en paralelo a las pictóricas, pues para mí el arte es un todo, y, por ello, trato de expresar mediante palabras todo aquello que plasmo en un lienzo.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
M. Mis principales fuentes de inspiración son el mundo infantil, que es el gran protagonista del conjunto “Visión infantil”, las mujeres y el universo femenino, como se muestra en “Mujeres” y “Dama Negra”, la naturaleza y las formas, elementos y olores que la componen, y esto ha quedado reflejado en “ColorAcción”, “Fioralia”, y en otra serie de obras.

¿Quiénes son tus referentes?
M. Soy historiadora del arte, y esta formación me ha permitido encontrar mi camino como artista plástica, pues he podido estudiar y conocer en profundidad las obras de las llamadas “vanguardias históricas”, que fueron las desarrolladas entre finales del siglo XIX y principios del XX, y es aquí donde están mis principales referentes. Me encanta el color libre y vivo de los fauvistas, especialmente Marc y Macke, por supuesto el arte naif, el simbolista, también las obras de los grupos expresionistas “El puente” y “El jinete azul”. Junto a esto debo señalar el influjo de la estampa japonesa, de sus trazos limpios y puros. Otro referente importante es el manga, sobre todo en la realización de las figuras femeninas.

¿Cuál es tu proyecto más inmediato?
M.  Actualmente estoy moviendo por distintos lugares la exposición “Dama Negra”, que es un conjunto formado por diez lienzos en los que realizo una reflexión sobre el mito de Lilith, la primera mujer según la tradición judía, creada en igualdad de condiciones que el hombre. Esta propuesta plástica ha sido realizada en paralelo a la obra de lírica narrativa y prosa poética titulada “Historias de la Dama Negra”, que fue publicada el pasado mes de febrero, y será presentada el 18 de mayo en la Biblioteca Pública de Cáceres.
En estos momentos estoy trabajando en el proyecto de pintura titulado “Fioralia”, del que ya he concluido dos, de las doce obras que lo componen. Se trata de una seria colorista que tiene como protagonistas a las flores, los maravillosos regalos de naturaleza, que se convierten en poesía en la superficie de un lienzo.

Portada del libro

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