lunes, 16 de febrero de 2015

Artistas referentes. La imaginería española del Barroco

 Quebrantada la economía del Estado, en decadencia la nobleza y cargado de fuertes gravámenes el alto clero, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares los que impulsaron su desarrollo, siendo costeadas las obras en ocasiones mediante suscripción popular por lo que la escultura se vio abocada a plasmar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en el que la doctrina contrarreformista exigía al arte un lenguaje realista para que el fiel comprendiera y se identificara con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para incrementar el fervor y la devoción del pueblo.El asunto religioso es, por consiguiente, la temática preferente de la escultura española de este período
La finalidad de las esculturas es sugerir una profunda emoción religiosa en el espectador, en consonancia con el espíritu de la Contrarreforma católica, de la que España es firme defensora



La escultura española del siglo XVII es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más
hondos que en él anidaban.



Al contrario de lo que sucedió en el siglo XVI, los escultores de este momento no viajaron a Italia, lo que favoreció el desarrollo de cualidades técnicas y expresiones estilísticas típicamente hispanas, arraigadas en nuestra tradición, dependientes de la plástica de la centuria anterior y vinculadas fundamentalmente a las circunstancias sociales y a los planteamientos ideológicos imperantes en la España de la época. De ahí la singularidad de su carácter, que primó siempre en su concepción, aunque a partir de los años cincuenta la influencia del estilo creado por Bernini introdujo en la Península un mayor interés por el dinamismo y la aparatosidad, que se fue incrementando paulatinamente hasta alcanzar su máxima expresión en las obras del XVIII.




Lo proximo: La pintura barroca en Flandes y Holanda.

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