Florencia por Mónica Ibáñez
Muchas cosas se han dicho sobre la cuna del arte y prácticamente todas son ciertas. Belleza, delicadeza y sentimiento son las palabras que utilizaría para describir esta maravillosa ciudad. Es imposible no observar el David sin que un escalofrío recorra tu espina dorsal. Es como si tu espíritu abandonara su habitual morada dejándote sin aliento para poder seguir en pie. Te obliga a doblegarte ante él, a sentarte y admirar todo su esplendor hipnótico. Ciudad donde el oxigeno, nitrógeno y demás componentes del aire son sustituidos por la delicadeza, la hermosura y el esplendor del arte.
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